Tuesday, October 31, 2006

Las chicas Chastity, centro del universo

Si somos hermosas o no, si somos célibes o no, que importa. Lo importante es que somos el eje de un pueblo en medio de la nada llamado el Town. Según cuenta Violetica –para quien estamos aceptando donaciones de todo tipo*- le han dado a leer, junto con todo el material del universo para sus exámenes cualificativos, unos espantosos poemitas feos. En medio de los huesos rotos del Niño y la Niña, los “disrupting affairs” y muchas tortillas de papas, Violeta preparó la presentación oral de su vida sobre los poemitas, solo que en realidad no le quedó tan bien. Una vez, dice la pobre, una vez en toda mi carrera.

Resulta que, como siempre, la mentada presentación oral tenía más audiencia de la prevista y, sincerándonos acá en el espacio anónimo del cibermundo, quedó mal. En un universo paralelo esto no significaría nada, pero aquí, en el Town, da que decir a los pobres facultativos, por que la verdad oculta es que, si nuestras vidas son aburridas y patéticas, las de ellos deben estar pobladas de pensamientos suicidas. Al menos nuestra castidad es temporera.

Comentan por ahí, para animar los soirées townenses, que nadie tiene un culo como el de Sara y que la marca Goya ha empezado a distribuir una versión enlatada del mismo, pero sólo en la isla. Acá, habrá que ir al Mejicano que importa el adobo y la pasta de guayaba, a ver si ya lo trajo como novedad.

Yo este semestre estoy tan ocupada que no doy de que hablar, a menos que alguien se interese en los pormenores detallados de mis múltiples enfermedades venéreas, pero apuesto a que ese no es el caso. A nadie le gusta que le perturben sus fantasías. Al que se quiera provocar su imaginación, sólo le digo que he estado recibiendo visitas esporádicas y que el resto del tiempo lo paso con Maximiliano.

A Solá-Voriasi, el artista invitado, lo trajeron de espía, pero el no nació para detective así que llegamos a un acuerdo tácito en que sólo hablamos de sexo y sol, lo que más nos hace falta.

Y entendemos. Y perdonamos. El chisme es crucial para la sobrevivencia, porque pocas cosas suelen ser tan interesantes en el Town como nuestras vidas. Y si no, ¿qué carajo haces leyendo esto?

*Es una broma. (Pero si te sobran par de pesitos, échalos pa acá)

Monday, October 02, 2006

De trenes y remolques

Efectivamente a Ría le salió la carta del carro el viernes, pero al revés. Ese día fuimos a la ciudad, una de esas excepciones agradables, pero sin embargo, terminamos caminando diez cuadras a las dos de la mañana hasta un lote en el que habían depositado nuestros autos. Sí, dos autos remolcados en una noche y dos multas de $150. Aunque el tren tarde dos horas y media, creo que mejor es ir en tren a la ciudad.