Friday, May 12, 2006

Nada en la nevera e ilusión óptica o "Popcorn"

Violeta es una maestra de no tener comida en el refri/nevera/heladera. Dice ella: “en mi casa nunca falta el pan, la leche ni la mantequilla” -que es como decir que nunca hay nada. Sus niños han convertido en un deporte abrirla cada diez minutos para contemplar el vacío y reflexionar sobre el existencialismo –o la no existencia- y luego cerrarla, quejándose.

Pero Violeta desconoce la solución a sus problemas. Hemos tenido que venir nosotras, tercermundistas también, pero ahijadas del tío Sam, a enseñarle el Arte de la Ilusión Óptica en la Cocina; como hacerle para que parezca que hay, sin que haya.

Ay cosas, como el popcorn que no valen nada, pueden estar almacenadas por meses sin echarse a perder, ocupan poco espacio, el cual duplican luego de dos minutos en el microondas, son saludables y te hacen quedar como una estrella porque están hasta calientes. Son el bloque fundacional de la economía culinaria del ama de casa moderna.

Violeta es pobre ahora, pero cuando sea rica, se comprará un microondas y no habrá vuelta atrás. En vez de invitarnos asados, o caipiriñas, nos invitará popcorn.

Friday, May 05, 2006

El divorcio

Me quedo:
Con todas las artesanías tejidas. Con la orquidia en estado comatoso y el cactus que pronto volverá a florecer. Con la mitad de mis cristales que beben. Con la foto que dice CALMA. Con la custodia de Oliver.

Te cedo:
Mi mitad de los platos anaranjados. La tostonera y la cafetera. El pilón. El frasquito de ungüento Flecha.

Extrañaré:
El pie de limón y los gnoccis (Ay!). La disponibilidad de todo lo que no es mío (i.e. afeitadora eléctrica, pegamento, todas las ollas de la cocina, tu bálsamo de pelo). El chofer. La cocinera. Tus zapatitos rojos. La alfombra (Ay!) y el tapiz de la sala. Que me traigas helado.

Extrañarás:
El café isleño y el flan. Las preguntas sin respuesta (i.e. ¿Sabes donde están mi sandalias/mi peine/mis llaves?). Mi impresora. Que te interrumpa comiendo sentada en el piso de tu cuarto mientras descifras la teoría de la relatividad. A Cirilo.

Se necesita un médico

Se nos enferman todos a la vez. Isla, auto y Viejo. Así son las malas rachas, contagiosas. No conocen de ciudadanías, al menos no se puede uno quejar de que son racistas, a todos nos agarran igual.

Por lo menos el Viejo no es el mío, pero se llama igual. El auto es viejo y la Isla, no sé. No sé si la isla es joven o vieja. Diría yo que es niña adolescente, aunque ese discurso ya está demasiado masticado. No se que edad tiene, la isla. El auto tiene once años, el Viejo cincuenta y seis. Andaban bien hace una semana, aunque con los achaques de siempre, y de repente, así, todos cayeron enfermos. Un mal lunar, será, una coincidencia triste de las estrellas. La isla en coma, el Viejo malo y nosotros dos aquí, y no allá. Pensando. La presencia es necesaria, concluí, pero fui yo quien se quedó aquí, con el auto. Y el auto, ¿qué coños tendrá el auto?

Es un abuso de poder, le dije yo. Abajo el sistema. Algún sistema. El que no funciona.