Thursday, February 15, 2007

Enmienda de causa


De parte de la comunidad townense queremos anunciarles que las próximas publicaciones de Ría serán censuradas según su contenido. Por ejemplo, en el último post, la última oración será editada, en cuanto nos sea posible despistarla a ella. Esto de editar se ha vuelto una manía patológica. Un hombre muy sabio me dijo hace poco que ando por el mundo editando. Que ésa es la razón por la que tolero a personas que no me convienen o de las que no estoy enamorada, porque los edito. Tiene razón. Entonces, luego, recuerdo mi edición a diestra y siniestra, por eso a veces los extraño y a veces agradezco tenerlos lejos e incomunicados. Pero es que a fin de cuentas eso es el pasado, una edición constante. Aquí, también editamos, Violeta edita revistas de tiradas milenarias; Ría debería editar más a menudo, pero por el momento solo edita las manías del amante. Yo podría editarles que Ría y yo hemos apaleado nieve los últimos dos días de nuestra vida, pero no lo haré. Creo que sacaré honra de todas las labores amargas que he tenido que realizar para sobrevivir, incluyendo apalear la nieve con un rastrillo, porque a fin de cuentas son experiencias que me hacen más fuerte (literalmente).

A mí me siguen gustando los días azules y nevados. Hoy es uno de esos. El resplandor es tanto que cuando entras a un lugar bajo techo lo ves todo rojo como por cinco segundos. Ayer también fue uno de esos días azules. Caminé con la tropa de marcianos durante el almuerzo y nos reímos de nuestros disfraces invernales. Yo me río mucho últimamente. Así, como a carcajadas, ya sea por el pote de huevos en vinagre que le dejé a Criptor en su carro de compras en el supermercado sin que el se diera cuenta y que lo motivaron a preguntarle al vecino “Excuse me, Sir, are this eggs yours”, como por los comentarios de los filósofos sobre lo “wild” que estaba la fiesta del sábado despúes de nuestro aterrizaje forzoso. Ayer, mientras apaleábamos la nieve, y llegó nuestra vecina y amiga bióloga a socorrernos, llamémosle “Seashell”, me reía de nuestra escena, con el auto estancado en dos pies de nieve, y nosotras apaleando con los instrumentos errados.

Algo lindo me ha conectado con el espacio. Quizá que es inminente que me voy, que me aceptaron en todos los sitios que solicité y ahora no tengo una sino tres buenas opciones de para dónde irme, tres ciudades vivibles, me quiero reconciliar con el espacio, y a la verdad que ha sido un espacio duro pero lleno de matices hermosos, de amistades de las que no me quiero separar nunca, de sacrificios y gratificaciones, éste ha sido un sitio como me dijo mi adorada y loquita hermana, para detenerme, pensar, y tomar dirección.

Mañana llega un amigo mío que no veo hace tiempo. Me viene a visitar desde otro lugar frío. Les pedí a mis estudiantes que redactaran preguntas pensadas para un “abogado latino joven”, porque lo quiero invitar a la clase para que ellos lo entrevisten. Me preguntaron si era mi novio, y les dije que uno de ellos. Ellos también se rieron a carcajadas.