Tuesday, September 19, 2006

Caer está preñado


Leía a Baltasar Gracián. Dice que el verbo barroco ha de ser preñado. Nueve días después, leo lo que escribió Ría porque recibo un email de la brujita preguntándome de la caída del caballo y la de la bicicleta. Otra amiga en esa ciudad cercana me dice que si sigo así el lema debería ser “le caigo allí”. Espero que no haya sido mi deidad amarilla, pero el prepúber se cayó y se rompió la muñeca y a la niña se la cayó un espejo en el pie, y adivinen qué: Servicio Privado 24 Horas de Ambulancia a Domicilio Ría INC. le cayó allí al rescate de los más que se caen del Town. La vida no me da para leer todo lo que tengo que leer y menos con tantos accidentes inesperados. Digamos que lo del caballo fue una obra de caridad netamente Townense. La nueva casera solo siguió los consejos del pastor de la iglesia y yo, que acababa de llegar entregada a los orishás recibí el mensaje protestante: no te subas en nuestros caballos, súbete en un avión y vuélvete a esa tierra de negros libidinosos en la que según tu blog aún te encuentras. Escribo sobre el Polifemo de Góngora e intercalo pasajes del cuento Ursula de Felisberto Hernández y en mi musaraña se teje una historia disímil y armoniosa que no tengo tiempo de escribir. Lo de la bicicleta fue una caída lacaniana. El jouissance del rebote en la brea. Masoquismo aerodinámico, que trajo rebote de bomberos y todo. Sí. Los bomberos llegaron a rescatarme, y antes que ellos una mujer preñada casi me lleva al hospital (que no Ría). Por suerte (?) me llevó la policía a la clínica de la universidad y llamé a Ría esmelená en llanto, más por el susto y el efecto sincrónico de la caída (bis) que por fractura, que no tuve. Sólo mucho dolor en el hombro y cero yoga por par de semanas. El bolsillo se me cae con los deducibles de mi seguro médico fatulo. La preñez de los verbos sigue siendo bella. El otro dia caminando por el vecindario vi a la mujer preñada que casi me lleva al hospital y le dije que estaba “huge”, creo que mi adjetivo no le cayó bien, según me hizo entender Violeta.

Pd. En la foto, la yegua de mi caer