Friday, May 05, 2006

Se necesita un médico

Se nos enferman todos a la vez. Isla, auto y Viejo. Así son las malas rachas, contagiosas. No conocen de ciudadanías, al menos no se puede uno quejar de que son racistas, a todos nos agarran igual.

Por lo menos el Viejo no es el mío, pero se llama igual. El auto es viejo y la Isla, no sé. No sé si la isla es joven o vieja. Diría yo que es niña adolescente, aunque ese discurso ya está demasiado masticado. No se que edad tiene, la isla. El auto tiene once años, el Viejo cincuenta y seis. Andaban bien hace una semana, aunque con los achaques de siempre, y de repente, así, todos cayeron enfermos. Un mal lunar, será, una coincidencia triste de las estrellas. La isla en coma, el Viejo malo y nosotros dos aquí, y no allá. Pensando. La presencia es necesaria, concluí, pero fui yo quien se quedó aquí, con el auto. Y el auto, ¿qué coños tendrá el auto?

Es un abuso de poder, le dije yo. Abajo el sistema. Algún sistema. El que no funciona.