
Moverse es un lujo en estos días. Por lo mismo, pensé que matricularme en ese curso de danza brasileña sería una gran oportunidad para sacarme los monstruos del marasmo. Todo iba bien, había pagado la matrícula a tiempo. Nunca he bailado samba ni danza brasileña, aparte de unas clases de capoeira hace mil años, pero aun así, pensé que siendo de donde soy no iba a tener ningún problema para menearme más que la población media de esta ciudad, así que me matriculé en la clase intermedia. La profesora nunca nos dijo su nombre ni nos preguntó los nuestros. Bailaba sin nombrar los pasos y sin abordar a las bailarinas individualmente, como una mezcla de aeróbicos con coreografías de talent show. Entonces, llegó lo peor. En una canción nos dijo que teníamos que hacer un secuencia mientras nos mordíamos el dedo índice de la mano derecha, así como “sexy”. Como si fuera poco, en otra de las canciones quería que hiciéramos con la mano como si fuéramos “cowboys” haciendo un lazo con la soga sobre nuestras cabezas como si efectivamente fuéramos a cazar una vaca, porque la canción hablaba de los vaqueros del norte de Brazil. Fue en ese momento que decidí pedir el rembolso de mi dinero.
Pd. Hoy vi “It’s all true” de Orson Wells. La reconstrucción parcial de la mítica película filmada durante 1942, en Brazil, que la empresa de Rockefeller nunca le dejó terminar y cuya cinta apareció en el 1985, perdida en un almacén y rotulada con cualquier cosa. Las tomas, el detalle y cuidado fotográfico y los encuadres son de por sí un mito, esto sin mencionar el de los hombres de mar. La trama de la película era, según Times Magazine, la historia de un Ulises contemporáneo. Un poco distinta, en cambio: cuando Penélope tejía lo que hacía era una red para pescar.
Pd. Hoy vi “It’s all true” de Orson Wells. La reconstrucción parcial de la mítica película filmada durante 1942, en Brazil, que la empresa de Rockefeller nunca le dejó terminar y cuya cinta apareció en el 1985, perdida en un almacén y rotulada con cualquier cosa. Las tomas, el detalle y cuidado fotográfico y los encuadres son de por sí un mito, esto sin mencionar el de los hombres de mar. La trama de la película era, según Times Magazine, la historia de un Ulises contemporáneo. Un poco distinta, en cambio: cuando Penélope tejía lo que hacía era una red para pescar.
Escena de "It's all true", Orson Wells, 1942.













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